Los canarios NATRIBU, a quienes hemos tenido el privilegio de conocer en la Gira “Damas del Metal” junto a GUADAÑA y OKER, nos presentan su último trabajo, el EP “Frágil”. Pues privilegio fue, tanto a nivel profesional como personal. Llevan en marcha desde 2004, y la suerte ha querido que su último trabajo llegara a mis manos. Me alegró bastante recibir este encargo, más bien regalo, después de haber comprobado la garra de la banda en directo; máxime tratándose de vocalista femenina -¡y no cualquiera!-, con lo que eso implica, como bien sabe quien me conoce.
Chapi pasa por ser una de las vocalistas que más me ha enganchado en todo mi recorrido por grupos y discos con vocalista femenina, recorrido que ha sido amplio y coleccionista hasta la manía. Tiene una fuerza impactante, un corazón que se trasluce a lo largo de todas las composiciones imprimiendo pasión a raudales, y trasciende el mero virtuosismo vocal para llegar a algo no tan frecuente: personalidad, y de las aplastantes, de las que se te quedan impresas a fuego; combinada con una gran carga de sensibilidad. Es sin duda uno de los valores de este trabajo.
El cual, en general, no es en principio nada fácil de digerir. Me explico. Este disco es un aldabonazo en toda la boca del estómago, un acicate de las conciencias. Afronta temáticas duras y difíciles sin dorar la píldora, poniéndote cara a cara frente al problema. Ejercicio duro, pero necesario, en un mundo en el que nos hemos habituado a la venda de la complacencia sobre los ojos. Pero la sombra que se niega devora, y nos devora a todos, y como ya advirtió Bertolt Brecht, cuando te llegue puede ser tarde. Así que, como también dijera Ernest Hemingway, si ya sabes que las campanas doblan por ti, es necesario que te adentres en trabajos como éste, imantado de compromiso social, el cual elude la tentación de recurrir a temáticas más comerciales (que parece ser la tónica dominante). Hace falta más discos así.
Lo primero que llama poderosamente la atención es la portada, enigmática y dura como el propio disco, ese rostro sin expresión ni mirada enmarcado por unas alas y por formas geométricas, salpicado por lo que pudiera ser pintura, grietas y sangre, a modo de ángel negro que consigue el efecto del contenido que está presentado: inquietar e incomodar.
Musicalmente es un trabajo que engancha, con composiciones atrayentes que eluden cualquier posible catalogación de estilo o tendencia. Este enganche se crea sin dejar de lado el cariz de conciencia social e individual que consiguen transmitir, y en este sentido música acompaña a letra expresando caos, rabia, dolor o angustia; pero también lucha y esperanza acompasada por un sonido vitalista y potente. El resultado es en conjunto un álbum comprometido sin ser panfletario, profundo sin ser oscuro, y vitalista sin llegar a lo iluso. Es el “frágil” equilibrio que todos buscamos, y que ellos han conseguido en este trabajo tan redondo como adictivo.
La banda conforma un conjunto compacto y bien armonizado, compuesto por unos músicos que desplegan soltura y solidez en la ejecución. La limpidez y profesionalidad del proceso técnico y de producción terminan de cerrar un trabajo rubricado por el sello de calidad.
Abre el EP con «La Carta», en acompasado diálogo entre guitarra rítmica y solista, irrumpiendo con fuerza la voz de Chapi sustentada por una contundente batería. El tema explota con una raigambre instrumental que narra una historia, triste hasta el extremo, sobre abandono y drama familiar, que no te voy a desgranar, pero que te llegará muy adentro.
Pasan a «Destripando mi Destino», tema con tintes de Hard Rock y aires oscuros pero con una elaboración rítmica muy pegadiza. Esta canción es altamente sorprendente en su planteamiento, dado que se sale del patronaje de los clásicos himnos del Heavy Metal inspirados en las almas libres. En efecto, es una canción sobre las dos caras de una misma moneda, y de cómo a veces sólo tenemos que cambiar de cruz a cara para tener otra visión del mismo paisaje. El tema se divide en dos partes muy diferenciadas: en la primera de ellas narra la historia de un alma perdida que descendió a los infiernos; la segunda de ellas es, como atravesando la noche en dirección a la luz, el canto al viento de un alma libre, escapada de las garras del miedo y desgajada de los grilletes del sistema.
Pasamos a «Gritando en Silencio», preciosa balada con todos los elementos que definen a una balada: melodía, solo de guitarra, letra y mucho sentimiento. Pero saliéndose de la típica melodía lineal, ya que, al igual del resto del EP, ajusta un punto más la tuerca de la complejidad en el plano de la composición. Podríamos decir, a estas alturas, que otra de las notas predominantes del disco es la originalidad en varios aspectos y extremos, respecto a las típicas fórmulas manidas: a nivel de estructuras, temática o géneros.
Llegamos a «Juegos del Hambre», transgesor y reivindicativo tema sobre la demacrada actualidad política y social, con toques de Rock callejero y Heavy ochentero español en su estilo, como corresponde al combativo mensaje que transmite. Por lo demás, destacar su telón de guitarreo, sus solos de guitarra o su poderosa y pegadiza melodía, aunque esta es otra de las notas definitorias de todo el EP.
A continuación, se vienen tres de los temas del EP con colaboraciones de lujo, cada una de ellas le viene como un guante al tema correspondiente:
- Óscar Sancho (LUJURIA) en Destripando mi Destino.
- Jorge Berceo (ZENOBIA) en Gritando en Silencio.
- Raúl Álvaro (HIJOS DE OVERÓN ) en Juegos del Hambre.
Finaliza así un trabajo que no te dejará indiferente al principio, y que finalmente te enganchará, cocinado desde las entrañas de unos músicos que no son precisamente unos recién llegados, (y se nota), que defienden su criatura con una integridad digna de encomio y autenticidad a todos los niveles. Banda ésta, NATRIBU, más que interesante para apuntar en la agenda y seguirle la pista, y que sin duda está llamada a ser referente en el género a nivel nacional. Desde aquí la recomendamos.
Track List
- La Carta
- Destripando mi Destino
- Gritando en Silencio
- Juegos del Hambre
- Destripando mi Destino (con Óscar Sancho-Lujuria)
- Gritando en Silencio (con Jorge Berceo-Zenobia)
- Juegos del Hambre (con Raúl Álvaro-Hijos de Overón)
Componentes
- Chapi Solla (voz)
- Aridani Rios (bajo)
- Salvador Iglesias (guitarra)
- Jorge Brito (guitarra)
- Alejandro Gonzalez (batería)
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