Aunque comenzaron a gestarse algo antes, TEMPLARIO comienza su andadura de forma estable y seria en el año 94. Tras estos años de batalla, y donde dicho sea de paso, no han obtenido el estatus que justamente se merecen y que tanto se han ganado, vuelven a la carga con su octavo lanzamiento “Grandes Fracasos”.
El disco contiene once temas muy en la onda de sus predecesores, ya que tienen un estilo claro e inconfundible, que podríamos definir como un heavy metal endiabladamente rápido y altamente contundente. Sus cortes se suceden unos a otros a una velocidad de vértigo, porque es trio de Castellón no da más tregua que alguna grabación de transición, algún medio tiempo y poco más, lo demás es un muro sonoro donde guitarra, bajo y batería crean una barrera sonora sólida y compacta pero en absoluto descuidada. Esta velocidad solo se rompe para mostrarnos unos ritmos muy thrasheros donde la contundencia y el sonido más apagado se hacen protagonistas de la parte musical, casi siempre como antesala de los estribillos. Si tuviera que destacar una sola cosa del disco sobre las demás, sin duda elegiría este tipo de ritmos, como por ejemplo el de Nuclear 3,2,1.
Pero no hago más que hablaros de velocidad y contendencia, y esto ni es speed metal, ni es doom… aunque de todo han podido nutrirse, esto es Heavy Metal, y se impone en los afilados solos de guitarra de Alberto y en la voz aguda y desgarrada de Fran, que en contrapunto con lo dicho anteriormente hace de TEMPLARIO un grupo personal y original, que se aleja del metal estandarizado marcando su propio camino y dirección.
Y llegamos al tema lírico, donde realmente el grupo brilla como pocos. Las letras a la vez que cuidadas y pegadizas están hechas para remover conciencias, ya que “Grandes fracasos” no es el título “coña” de un recopilatorio, es un título que recoge a la perfección los 11 cortes del disco que nos muestra una buena parte de los fracasos de la humanidad en su día a día… guerra, terror nuclear, manipulación por parte de la clase política… de esto va la guisa. Es un disco para estimular conciencias. Sin embargo los conflictos se abordan siempre desde la resolución, incitando siempre a la lucha.
El disco ha sido grabado en los estudios Rocketes en Castellón con un resultado inmejorable en la parte técnica, y autoeditado por la propia banda.
Por mi parte solo recomendar fervientemente este disco, estoy seguro que no defraudará. Pero antes de terminar, cerramos esta reseña con las reflexivas palabras con las que TEMPLARIO cierra su libreto: