Estimado Óscar:
Cuando saliste a escena en el Metal Lorca, mi moral estaba poco menos que por los suelos. Llevábamos allí desde la una y media para ver a todas las bandazas que, sin excepción, desfilaron por ese escenario. Nuestras carnes sangraban por la herida de ver a una banda como RHAPSODY OF FIRE, con el recinto semi vacío. Por un momento tuvimos la sensación de que toda la lucha de quienes vamos a los conciertos en salas, festivales, casas Okupa,,, de quienes gastamos nuestros pocos recursos en merchan o discos,,, de quienes intentamos levantar la escena dando nuestro tiempo y poco talento desde webzines, radio o incordiando en internet para promover la escena,,, De que todo eso era baldío, inútil. De que estábamos perdiendo el tiempo. De que la batalla estaba perdida. Me ha pasado muchas veces ante una sala vacía pero ese día, por lo que sea, mi desánimo era mayor. Cuando saliste a escena supiste muy bien qué tecla pulsar en todos nosotros. No me voy a extender en tu generosidad para con las bandas compañeras, los grupos emergentes de la zona, o el castigado pueblo de Lorca. En tu nula soberbia. En tu amor por la escena tan grande, que te hace necesitar conectar con la gente. En tu disfrute sobre el escenario, tan auténtico, tan real. Todo el mundo ya sabe esas cosas. Eres de los músicos que quedan, en este mundillo donde tantos valores se han devaluado, que entiende lo que es la Hermandad del Metal. A mi amigo le hiciste llorar de emoción durante tus discursos. A mí también.
Pero estas líneas, realmente me las inspiró una sesión de fotos donde publicabas facetas más personales de ti. Con el par de cojones que no te han faltado nunca. No los de levantar la voz a una mujer. Sino los de verdad. Provengo de familia de comunistas, y también he vivido de cerca el artisteo. Hay dos cosas que la gente no entiende de la política, ni del artisteo: Que cuando un artista se sube a un escenario, tiene la responsabilidad, que se ha de tomar muy en serio, de desempeñar un show. Y que la política (como el conocimiento que impartes), calan más a través de lo reptiliano, de la alegría, que del discurso y la arenga. Que se trata de seducir, no de imponer.
Lo que he dicho muchas veces a quien me ha querido escuchar, es que no te metiste en la música por lo del Sex, Drugs & R&R. Que se trata de una imagen, que se trata de espectáculo. Y que, en tu caso, ese espectáculo tiene un fin superior, una conciencia colectiva. Tu vida pudo haber sido cómoda, plácida y fácil. Pero tu gran corazón no te lo permitió. Déjame decirte algo sobre las personas sensibles. Ese Óscar que se mostraba en la foto agachando la cabeza, es el Óscar real. El Oscar que sufre. El Oscar que padece en carne propia la injusticia social y el sufrimiento humano vengan de donde vengan. No tantas personas sabemos lo que es concentrar, como un Aleph maldito, toda la historia del padecimiento; sentir en carne viva cualquier dolor como si fuera el propio. Pero esas son las personas que cambian el curso de la Historia. Las que no soportan la humillación, el hambre y la debacle. Las que tienen que hacer algo.
En tu caso, has tenido la sabiduría de entender que la semilla del despertar de la conciencia no germina a base de palos ni de órdenes; sino de agua, abono y luz. La luz del espectáculo. La luz del Heavy Metal, que despierta la holística mundial, el poder del pueblo unido, de los corazones hermanados. Toda tu vida está orientada al Bien Común, y probablemente pocas sonrisas he conocido tan francas como la tuya. Esto es absolutamente generoso porque vendes una imagen y sí, tienes que sufrir que confundan el avatar con el Yo real. Has toreado con la crítica, con la calificación fácil, con el encasillamiento. Pero tu humildad y tu nulo ego han sabido vivir con eso. Porque no te paras en esas hostias. Porque para ti, hay asuntos mucho más importantes que la masturbación de tu propia vanidad.
Gracias por mostrar siempre tu luz y tu sonrisa; por no hacer alarde y pompa de esa parte de ti que nadie ve.
Gracias por tu lucha.
Foto: Marisol Huertas