Muchos son los años que seguimos a DOBLE ESFERA, banda que ha venido aunando la tradición más clásica del Hard&Heavy Rock, con un sello personalísimo que les ha definido siempre. En este último disco apuestan fuerte por un salto hacia líneas novedosas en la carrera de la banda. Al menos al inicio del disco sorprende. Ahora bien, una vez adentrados en la escucha, y superado el impacto inicial, lo que se trasluce es el hecho de que la banda no ha perdido su inconfundible esencia.
Jamás fui capaz de definir el ecléctico estilo de este grupo, no voy a empezar ahora. Lo que sí puedo decir es que la lógica extraña que ha servido de argamasa para que el sonido de la banda mantuviera una coherencia, dentro de su heterogenia, al cabo de los años, sigue vigente cuando se introducen elementos nuevos que justificarían que se dinamitara esa coherencia, o bien que se perdiera la ya meritada esencia. Ninguna de estas dos carcomas, de las que tantas bandas se han visto aquejadas al intentar innovar por encima de sus posibilidades, han afectado en este caso a DOBLE ESFERA. En apuestas de esa índole suele pasar que el vector clásico va en una dirección, el moderno en otra y el grupo se pierde en la nada. No es el caso. Muy al contrario, en esta ocasión la banda adquiere una riqueza, profundidad y madurez en su sonido, donde todas las unidades conforman un sentido global mágicamente sincronizado.
Llama poderosamente la atención a primera vista la fascinante estética de la portada y contraportada de “ Futuro”, donde si eres de Murcia, te puedes perder en ese tamiz de que su imaginería futurista y post apocalíptica dota a tus calles, edificios, paisajes y monumentos conocidos de siempre. Con una cuidada y virtuosa pluma, el dibujo con el que se presenta el disco es por sí mismo una obra de arte; escalofriantemente anticipatoría de lo que sobrevendría sólo unas pocas semanas después a su publicación.
Poderoso órdago en imagen, y poderoso en contenido, por adentrarse en terrenos de la electrónica, apoyarse en filigranas mil con los teclados y envolverse en una potente y cuidada línea de bajo para recrear esa inquietante atmósfera que imanta todo el disco, los ingredientes que conforman al mismo hacen de éste un trabajo con personalidad, carisma y talento. La inconfundible voz, la guitarra y la batería tan reconocidas y tan acostumbradas al oído por el paso de los años, te llevan a lo familiar, te enganchan por la tradición. Creo que DOBLE ESFERA ha sabido modular con acierto todos sus puntos de cambio, equilibrando muy bien con el estilo de la banda.
A modo de intro con distorsión y toques claramente industriales, se presenta Infierno abriendo el disco, provocándonos sensación de pesadez y angustia, casi como si faltara el aire. Tal y como he dicho, con un sobrecogedor poder anticipatorio. Le sigue la vertiginosa Futuro, poniendo las revoluciones claramente arriba en un poderoso riff entroncado con una enérgica base rítmica, entra directamente en vena elevando ipso facto las pulsaciones, con temática de ciencia ficción en alegórica referencia al ocaso de la civilización.
Junto con guiños a la más elaborada tradición musical setentera progresiva y psicodélica, en combinación con el más auténtico Hard Rock y el más primigenio Heavy Metal de primeros 80´s, entre otras mil herramientas ya habituales en la banda, tal vez no tan históricamente habitual haya sido la ya apuntada utilización de la distorsión, quizá para recrear ese ambiente agónico del que se hablaba.
Seguimos con La Cuarta Esfera, con gran protagonismo de teclados y una línea compositiva y de arreglos musicales caracterizada por su originalidad y novedad y por ello, quizá uno de los temas más chocantes del disco. No obstante, no dejan de perder el norte de los cánones clásicos.
Pasamos a un tema que entra, sin concurso oposición y sin examen, en mi cuadro de honor de favoritos de todo el disco, la hipnótica Padre. Tiene todas las papeletas para que se pegue como un chicle: una composición especialmente inspirada, una melodía brillante, una genial letra y ese trasfondo musical e instrumental tan elaborado que abriga a todo el disco. En resumen, un bucle genial.
El disco está trabajado, no sólo por la cuidadísima producción, que no por ello se come lo construido en origen, sino por lo compenetrado de la banda, que lleva a que el resultado final sea un bloque poderosamente coordinado, arrojando un acabado auténtico y limpio. Prestad mucha atención, ya que estamos, a las letras, ya que no tienen desperdicio.
En el ecuador del disco llega Con Nocturnidad y Alevosía, con un tono quizá más reconocible en los tiempos más pretéritos de la banda, un R&R leal a ese “algo” que nos enganchó hace un tiempo de la banda.
Three Sisters, cantada en parte en inglés, irrumpe con un tempo marcado, ritmo pesado y evocación de aires sureños. A destacar nuevamente, la letra, y la crudeza de su solo de guitarra. Seguimos con La Reserva, otro de los temas más genuninamente rockanrolleros del disco, aludiendo a esa “reserva” espiritual habitada por salvajes alejados de la civilización, de las falsas libertades y de la vigilancia continua.
Le sigue Deriva, subiendo el escalafón de revoluciones. Viene pautada por una recreación de la clásica cuenta atrás aeroespacial que vertebra todo el tema, y quizá sea uno de los que más juega con la experimentación de teclados, saltos de ritmo y cabriolas sonoras, para apuntalar la ambientación de ciencia ficción futurista y apocalíptica que queda clara desde el inicio.
Hacia el final, 429-2, que se puede ver dibujado en la portada del disco, es otra de las maravillas del disco a mi modo de ver. Y no por lo soberbio de esta balada que sí, ni por lo escalofriante de su letra que también. Sino por ese no se qué que tienen las buenas canciones, las que no admiten réplica.
El disco cierra con la evocadora y esperanzadora Juicio Final, nivelando en armonía perfecta sus notas futuristas, con las más clásicas y crudas. Cierra así un disco honesto. Me explico. Una banda honesta es aquella que inasequible al desaliento, constante, no pliega velas por más fuertes que soplen los vientos. Y lo hace desde el corazón, desde la autenticidad y desde el buen fondo. DOBLE ESFERA es de lo más noble y humilde que he llegado a conocer dentro de su gran calidad como banda. Su carrera es constante y llevada desde la más pura y leal vocación y compromiso. “Futuro” es el resultado de esa valentía, avalada por el buen hacer que dan las tablas para quien se ha granjeado un puesto en el panorama musical, con naturalidad y sin aspavientos.
Antes de esta vivencia que nos está golpeando a todos, iniciaban gira. Os animo fervientemente a seguirles cuando la retomen. Y os animo a adentraros en “Futuro”.